«Las intermitencias de la muerte», José Saramago
- Inés Nogueiras
- 1 sept
- 1 Min. de lectura

¿Qué ocurriría si, de un día para otro, las personas dejaran de morir? Esta premisa podría sonar como un sueño, ya que nadie desea enfrentar la pérdida de un ser querido, pero también puede convertirse rápidamente en una pesadilla. José Saramago (1922-2010) explora todas las consecuencias de este escenario hipotético en su novela Las intermitencias de la muerte.
Con humor afilado y gran inteligencia —y su particular estilo de escritura que no da tregua ni respiro— el autor portugués analiza a fondo los diversos problemas que podrían surgir ante la interrupción de la muerte.
También se pregunta qué sucedería si, tras un tiempo, la parca decidiera retomar su labor habitual (no en vano el título habla de “intermitencias”). O qué pasaría si empezáramos a recibir cartas que nos informaran la fecha de nuestro último día en la Tierra. O qué ocurriría si la muerte, curiosa por un fallo de su guadaña, decidiera visitar el mundo de los vivos encarnada en el cuerpo de una mujer.
«A propósito, no nos resistiremos a recordar que la muerte, por sí misma, sola, sin ninguna ayuda exterior, siempre ha matado mucho menos que el hombre».
Se trata de una lectura entretenida y conmovedora a partes iguales, que invita a repensar nuestro concepto de la muerte y, en el proceso, a valorar la vida.
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