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«Elena sabe», de Claudia Piñeiro


Elena sabe que algo no está bien con la muerte de su hija Rita, y está dispuesta a todo para averiguarlo. Ese “todo”, que puede sonar muy ambicioso, en su caso tiene que ver con algo muy concreto: la posibilidad de mover su cuerpo allí a donde necesite, y que este responda a los ritmos que le impone la búsqueda de la verdad.


«Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centímetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace».

Elena sabe, pero Elena tiene párkinson y esta es la historia de una investigación tan frustrante como su enfermedad. La historia de unas personas y, sobre todo, de sus cuerpos.

Piñeiro construye, más que una trama, un ritmo. Las páginas avanzan con las pausas obligadas de la enfermedad y las repeticiones obligadas de la obsesión. El resultado es una historia breve pero contundente, muy dolorosa, que interpela en muchos niveles y que nos hace replantear los alcances de la empatía.



Publicado originalmente en 25Siete

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