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«El enigma de la habitación 622», de Joël Dicker


Está bastante claro que ser un éxito de ventas no se vincula necesariamente a la calidad de una obra, y de eso hay numerosos ejemplos. El de Joël Dicker (Suiza, 1985), sin embargo, es un caso que puede llamarse excepcional.


Su novela La verdad sobre el caso Harry Quebert, que lo hizo un nombre conocido en todo el mundo, es una verdadera obra maestra del thriller literario. Luego vinieron otras novelas, como la también excelente El libro de los Baltimore y, un poco más abajo en la escala de excelencia, La desaparición de Stephanie Mailer.


En 2020 llegó a las librerías El enigma de la habitación 622 que, como todo lo firmado por este autor, era esperado con avidez por quienes disfrutan de historias intrigantes que no son lo que parecen hasta la última línea de texto.


En esta novela, el misterio policial se entrelaza con algunos guiños autobiográficos: además de un thriller hay un homenaje a Bernard de Fallois, el editor de Dicker que falleció en 2018. El protagonista es escritor, se llama Joël Dicker y es un autor de best-sellers que se ve envuelto en la investigación de un crimen que nunca se había resuelto.


El enigma de la habitación 622 es un libro adictivo que no es fácil de soltar. Dicker tiene un gran talento para llevar las vueltas de tuerca a un infinito que a veces roza lo absurdo, y para saber en qué punto suspender el relato de una escena para pasar a la siguiente. Sus obras son un cliffhanger constante que invita a leer siempre un poco más, hasta que devoramos más de 600 páginas casi sin darnos cuenta.


Publicado originalmente en 25Siete.

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