Estática
- Inés Nogueiras
- 20 sept
- 1 Min. de lectura

Te dan un regalo que viene en una caja envuelta en un plástico transparente y bien ajustado. Buscás el doblez debajo y despegás el cruce del envoltorio, que apenas se separa de la caja se vuelve muy frágil y se empieza a partir en un ángulo insólito. Cuando lográs desprender todo el nylon, la estática hace que se te pegue en la piel del dorso de tu mano, con una vibración sutil, una cosquilla eléctrica, un susurro que anticipa el descubrimiento. La felicidad es una chispa que envuelve los mejores regalos.


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