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Harta recomendaciones: Proyecto Pandora


¿Te gusta la ficción distópica, con acción y muchas vueltas de tuerca? ¿Te gustan las historias protagonizadas por adolescentes fuertes, intrépidas y valientes? Entonces te recomendamos que te sumerjas en Proyecto Pandora y en su universo tan lejano en el tiempo, pero a su vez tan inquietantemente cercano. 


Si sos ávida lectora, quizás te cueste encontrar historias dirigidas a público juvenil que no giren en torno a un héroe varón o a un romance chico-chica que acapara toda la trama. Esto es algo que sucede en todas las artes, pero por suerte de un tiempo a esta parte algo está cambiando para bien (sobre todo para bien de nosotras, que también merecemos heroínas con las que identificarnos y no mujeres que sean solo accesorios o adornos).


Quizás también hayas entrado a nuestra sección Harta lectura y hayas descubierto que los libros recomendados allí suelen desviarse de los estereotipos clásicos para ampliar ampliar tus horizontes de historias, personajes y mundos posibles. ¿Por qué te hablo de Harta lectura y por qué esta recomendación llega en una nota aparte? ¡Porque el libro del que quiero hablarte es de Sofía Aguerre, la encargada de la sección! (Y no la íbamos a hacer hablar de su propio libro. ?)


¿De qué va Proyecto Pandora?


Lo primero que tenés que saber es que Proyecto Pandora es una bilogía, es decir, que está compuesto por dos libros, y que a fines de 2018 se editó el primero de ellos. Así que si lo leés, estate preparada para esperar un tiempo por el segundo (y sufrir en el intento).


Lo segundo es que se trata de una historia ambientada en Londres en el año 2066, un mundo que, aunque parece lejano, se parece al que habitamos hoy. En este mundo la tecnología continuó su avance vertiginoso, al punto de que las personas acceden fácilmente a modificar sus cuerpos con materiales cibernéticos, se comunican con “holopantallas” (que son un avance respecto a las ya antiguas redes sociales) y viven en una sociedad sumamente desigual y sumida en tensiones políticas.


Ese futuro distópico se instala después de la llamada Reorganización, cuando un grupo religioso llamado la Orden de Sae logró un poder tal que le permitió disponer de los destinos del mundo entero: se perdió la libertad de pensar distinto, de profesar otras religiones y de consumir obras o productos que fueran en contra de este nuevo orden. En ese terreno hostil para quienes buscan respuestas, una adolescente de 17 años llamada Nina se ve forzada a nada más y nada menos que intentar cambiar el mundo. ¿Por qué? Porque ese mundo tiene planes horrendos para ella, y a medida que se va enterando de cuáles son, no le queda más remedio que aliarse con quienes encuentra a su paso para impedir que el régimen avance.


¿Por qué hay que leerlo?


En primer lugar, porque es absolutamente adictivo. Las situaciones se encadenan a ritmo de vértigo, la prosa es súper ágil y los capítulos son tan breves que te invitan siempre a “leer un poquito más”. Solo te advierto que la autora tiene cierta tendencia a hacer pasar bastante mal a sus personajes. :O


En segundo lugar, porque su protagonista es una chica de 17 años con una tremenda personalidad, ideas propias e iniciativa, que se ve lanzada a un escenario hostil (demasiado hostil) y tiene que resolver sobre la marcha cómo y con quiénes vincularse. Pero la historia no gira solo en torno a ella, sino que a lo largo del libro aparecen numerosos personajes femeninos interesantes, complejos, fuertes: mujeres con las que muchas podemos identificarnos o empatizar, aunque no siempre nos convenzan sus acciones.


Por último, porque es una historia que te hace pensar sobre cosas que, en una medida menos apocalíptica que las que se plantean allí, se pueden atisbar en el mundo en el que estamos. ¿Cómo se transforman las sociedades hasta hacer posibles regímenes que coartan la libertad individual en pos de los designios de algún grupo de poder organizado? ¿Cómo se controla a la población? ¿Qué pueden hacer quienes se oponen a que esto pase? 


En una escena del libro (de las pocas que no contienen spoilers de la trama), un librero le dice lo siguiente a Nina, que creo que ilustra perfectamente el último punto: “Hace muchos años, antes de la Reorganización, solía leer muchas novelas de ciencia ficción. […] Entonces pensaba que el mundo tenía que dar muchas vueltas para cambiar así, pero ¿sabes? Al final resulta que no. Que un día ves cómo todo lo que conoces se desmorona ante tus ojos y el orden cambia, los dioses cambian, los gobiernos cambian. Por eso la Orden de Sae no gusta de la ciencia ficción. No simpatizan con la idea de que la gente sepa que el mundo puede volver a cambiar.”.


Publicado originalmente en Harta

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