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A la gilada, ni cabida [O cómo sobrevivir a los haters de las redes]


Reconozcámoslo: estar activa en las redes hoy implica tener abierta una (o varias) ventanas por las que pueden meterse personajes indeseables. Si te interesan temáticas como las que tratamos en Harta, es probable que este fenómeno sea aún más intenso (lo sabemos por experiencia propia, lamentablemente).


Podemos llamarlos trolls o haters, según sus características y la forma en que actúan, pero todos tienen algo en común: te acosan, te persiguen, te insultan, la mayoría de las veces sin conocerte ni un poco. Te odian, por decirlo en pocas palabras. Te odian porque no están de acuerdo con lo que decís, hacés o pensás, por lo que mostrás de vos y de tus ideas en las redes o simplemente porque su única razón de existir es lanzar odio para todas partes y vos tuviste la mala suerte de cruzarte en su camino.


¿Cómo actuar ante mensajes cargados de odio, ignorancia y mala onda? Para ayudarte hicimos una lista de consejos para que puedas sobrevivir a los mensajes de haters en las redes sociales.


Soltar: ¡OMMMMMMMM!

Si lográs este primer punto casi que no tendrías que seguir leyendo, pero sabemos lo difícil que es… así que pensémoslo en frío acá, que estamos en un espacio seguro. La persona que te insulta gratuitamente (esto es, sin que vos hayas provocado su reacción) tiene como único objetivo en su triste vida que te enojes (obvio) y le respondas. Es lo que desea más que nada: que le prestes atención y te pelees con él.


Cuando recibas un mensaje de este tipo, tu reacción natural va a ser responderle, pero si lográs resistir la tentación —y entender que ese mensaje que recibiste en realidad no tiene nada que ver con algo que hayas hecho o dicho—, vas a poder dejarlo ir y disfrutar un poco de la bronca que seguro va a producirle tu indiferencia. Si te ayuda el clásico “ojos que no ven, corazón que no siente”, te recomendamos silenciar esos mensajes (no bloquear a los usuarios, porque si no, podés provocarlos más aún) y olvidarte.


No alimentes al troll

Esta frase es un clásico entre quienes aconsejan buenas prácticas en internet: no alimentar a quien busca precisamente que le prestes atención mediante agresiones. Muchas veces, si te fijás en quién es la persona o cómo es la cuenta de donde te llegó el palo, vas a ver que tienen una cantidad de seguidores ridícula (o directamente ningún seguidor, porque crearon la cuenta para esparcir odio).


Si vos te enganchás a contestar, o lo compartís con tus amigos para que vean cómo te agreden o qué estúpido que es, vas a lograr que más gente lo vea e incluso que aparezcan más haters a acosarte. Entonces, lo mejor es que lo dejes gritando solo para sus dos o tres seguidores (que seguro son cuentas de ellos mismos).


Si el mensaje que recibiste es violento, ofensivo o promueve el odio, siempre podés pedirles a tus amigos (por interno) que reporten la cuenta para que la den de baja. Es importante que no lo hagas públicamente por lo que hablamos de no darle visibilidad pública.


Elegí tus batallas

Este tipo de personas nocivas en las redes no siempre van directo al insulto; a veces pueden hablarte “en una buena”, pero por debajo de sus palabras notás que lo que están haciendo es cuestionarte sin razón. Es importante que sepas elegir con quiénes vale la pena continuar dialogando y con quiénes no. Si se repiten mucho este tipo de cuestionamientos de parte de una misma persona, seguramente no sea alguien interesado en debatir, sino en desgastarte.


Invertí tus energías en intercambios productivos y que te sumen. No tenés la obligación de explicarle a nadie nada sobre lo que vos decís o pensás: hace años ya que existe Google si quieren aprender.


Autocuidado es lo primero

Es importante que reflexiones sobre qué cosas te brinda estar conectada a las redes sociales y puedas usarlas en tu máximo beneficio: que sean una herramienta que te empodere y te dé buenas experiencias, minimizando lo más posible los malos ratos.


Quizás sea momento de revisar las condiciones de privacidad de tus cuentas: si te resulta imprescindible que cualquiera pueda leerte, ver tus fotos o encontrarte en la red o si podrías poner algunos filtros. Twitter tiene candado, Instagram cuenta privada, en Facebook podés definir varios parámetros. Consideralo como una opción para quedarte en las redes solo con aquellos que te aporten y a la gilada, ni cabida.


En definitiva, no hay un manual único sobre cómo lidiar con los haters en las redes, pero sí es importante que sepas que no estás sola, que es un fenómeno que va más allá de tu persona y de tus ideas y que absolutamente nadie tiene derecho a robarte la voz.


Publicado originalmente en Harta

Ilustrado por Majo

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