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Lenguaje inclusivo, una propuesta de acuerdo

Álex Grijelmo es alguien a quien vale la pena leer en asuntos del lenguaje. Ha pasado toda su vida dedicado a pensar y estudiar las palabras, a proponer formas eficaces de usarlas para comunicar —sobre todo en los medios— y también para seducir.

Supongo que cuando decidió encarar el espinoso tema del lenguaje inclusivo, Grijelmo fue interpelado por su condición de varón y, quizás, sintió temor a ser acusado de incurrir en mansplaining (o como él recomienda: machoexplicación). De allí que a lo largo de las casi 300 páginas del libro reitere, quizás demasiado, que encara el tema con respeto, que busca acercar posturas y que él está comprometido con la lucha por la igualdad de género.

Más allá del exceso de estas expresiones amortiguadoras —entendibles por el tenor que ha alcanzado el debate sobre el lenguaje inclusivo en las redes sociales— en efecto es un libro respetuoso, que aborda varias de las aristas del tema y que recoge no solo sus opiniones, posturas y sugerencias, sino una extensa documentación de los trabajos de expertas y expertos en la materia.

En un lenguaje accesible y por momentos cálido y entretenido, el autor desarrolla el origen de los géneros en el lenguaje; repasa las principales iniciativas de inclusión; reflexiona sobre el carácter identitario del lenguaje; analiza las mejoras que se han realizado en las sucesivas ediciones del Diccionario de la lengua española (y todo lo que queda por mejorar) y, por último, propone algunos puntos de acuerdo —aclarando que es un borrador y solamente una propuesta— sobre el uso de un lenguaje inclusivo que es mucho más que marcar o no el género de las palabras o incluir flexiones neutras.

El mensaje del libro, por resumirlo groseramente, sería que el lenguaje no tiene la culpa de que las personas que lo usan sean machistas, misóginas, homofóbicas o racistas. Que hay que actuar sobre la realidad, que sería más fácil de cambiar que toda la estructura de una lengua. Y, sobre todo, que las palabras no pueden entenderse fuera del contexto en el que fueron emitidas.

Sobre este punto último vuelve una y otra vez para mostrar cómo muchos de los argumentos o ejemplos que usan quienes entienden que el masculino genérico oculta a la mujer son como “experimentos de laboratorio” que no se condicen con la realidad de la comunicación.

Ya que el contexto es esencial —nadie puede negarlo— se echa en falta a lo largo del libro un mayor desarrollo acerca del uso político del lenguaje, donde se insertan las iniciativas como el uso de la @, x o la e. En relación a este tipo de modificaciones, Grijelmo reflexiona: “cabe imaginar que estos intentos no buscan en realidad una nueva forma de hablar, sino llamar la atención sobre una causa justa. En ese caso, se trata nuevamente de una magnífica herramienta de comunicación”.

Entonces, así como el contexto determina el significado de las palabras, también habilita usos “fuera de norma” cuando lo que se quiere establecer es un mensaje, esencialmente político. Quienes usan la “e” o alguna otra variante lo hacen con intenciones de inclusión, pero también —y sobre todo— para poner el foco sobre una realidad que incomoda. Quienes rebaten que “la RAE no lo acepta” o que “no se entiende” reaccionan sobre esa realidad incómoda y no tanto sobre lo que habilita o no la normativa (ignorada en muchísimas otras situaciones) o sobre un supuesto obstáculo a la comprensión.

El debate sobre el lenguaje inclusivo es complejo e incómodo, y se encuentra viciado de posturas inflexibles, desinformación y, en especial, de la obsesión actual porque las personas asuman una postura anti o pro, sin lugar a ubicarse en un punto intermedio (o, directamente, no asumir ninguna postura). El libro de Grijelmo es un buen punto de partida para el que quiera salir de esa trampa.

Ficha técnica

Título: Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo

Autor: Álex Grijelmo

Sello: TAURUS

Colección: Ensayo

Fecha de publicación: 07/2020

Formato, páginas: Tapa blanda, 304 p.


El autor

Álex Grijelmo (Burgos, 1956) es doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cursó el programa de alta dirección de empresas (PADE) en el IESE. Ha coordinado las ediciones de los libros de estilo de El País, la cadena SER y el diario deportivo As. Y es autor, entre otras obras, de El estilo del periodista (1997), La seducción de las palabras (2000), El genio del idioma (2004) y La gramática descomplicada (2006). En su carrera como periodista, fue responsable de los medios de Prisa en América, dirigió la agencia Efe (2004-2012) y creó la Fundación del Español Urgente (Fundéu). Ha recibido galardones como el Premio Miguel Delibes (1999) y la Antena de Oro (2006). Actualmente es director de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. En 2018 ingresó en la Academia Colombiana de la Lengua.


Publicado originalmente en 25Siete

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