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Cómo usar las normas APA (y no morir en el intento)

Un tutorial amigable sobre cómo escribir un texto académico con normas APA: citas, formatos, referencias y consejos. Material didáctico creado por Inés Nogueiras.


¡Hola! Soy APA, sí, el de las normas. No me tengas miedo, no soy tan difícil como parezco. Soy un sistema para que puedas escribir textos como este y darle el crédito correspondiente a cada fuente de información que hayas utilizado para construirlo.


Lo que proponen mis normas es que, a medida que uses información que hayas leído en algún documento o fuente —ya sea que la cites de forma textual o solo uses los datos obtenidos de ella— le indiques a quien lee de dónde obtuviste esa frase, esa información o esos datos. ¿Cómo harás esto? A lo largo de tu texto, irás insertando unos paréntesis que contendrán dos datos sobre la fuente de información —casi siempre el autor y el año— para que tu lector pueda identificarla en una lista de referencias que pondrás al final de tu trabajo.


Por ejemplo, yo soy un sistema de citas creado por una asociación de psicólogos estadounidense y mis normas se recogen en un manual, cuya más reciente versión, la séptima, se publicó en 2021.[1] En el próximo apartado te cuento qué tenés que hacer si querés citar partes de este manual de forma directa o textual. Allá vamos.


Citas textuales: tipos, formatos e intervenciones


Si quiero usar una frase de mi manual de forma textual, voy a hacerlo de esta manera: “Cuando cite directamente, siempre indique el autor, el año y el número de página del texto original” (American Psychological Association [APA], 2021, p. 276).


Como el manual fue escrito por una institución, su nombre se considera el autor del trabajo. Si vas ahora a la lista de referencias, a la que comúnmente le llamamos bibliografía aunque no es estrictamente eso, encontrarás al inicio —porque el orden es alfabético— una entrada que comenzará con American Psychological Association y al lado tendrá el año 2021 entre paréntesis. Luego podrás leer el título del manual y el dato de la editorial, para que tengas toda la información bibliográfica de la fuente.[2]


Si volvés a mirar la cita de más arriba, vas a entender que con esos dos primeros datos que incluí en el paréntesis, me voy a asegurar de que encuentres el resto de la información sobre el manual en la lista de referencias. En el paréntesis también puse la página, para que, si conseguís el libro, se te haga fácil encontrar esa frase que extraje textual. Ese dato solo se pone aquí, en el texto, porque la lista de referencias es solamente un listado de las fuentes que estoy usando. Finalmente, al lado del nombre de la institución añadí su sigla entre paréntesis. Esto me permite, en las próximas citas que haga del mismo documento —y habrá varias— simplificar y usar solo la sigla. Ya vas a ver.


¿Notaste que no es tan complicado? Bueno, sigamos un poco más. Cuando hago una cita textual —que también se llama directa— como la de tres párrafos atrás, también puedo querer mencionar al autor de esa frase en mi redacción. ¿Por qué? Porque considero importante destacarlo, ya sea porque es una autoridad en la materia o porque me gusta darle el crédito de forma más visible y no “encerrarlo” en un paréntesis.


Entonces, podría decir por ejemplo que la American Psychological Association (2021, p. 276) establece que, al citar directamente, “siempre [se] indique el autor, el año y el número de página del texto original”. ¿Viste lo que hice? Solamente incorporé la mención al autor en el discurso de mi redacción y no volví a repetirlo en el paréntesis, pero sí completé los otros datos necesarios para encontrar la fuente en la lista, enseguida de la mención al autor. Eso se llama cita narrativa, porque incorporo a mi “narración” de los hechos el dato de autoría. Por el contrario, la cita que no menciona explícitamente al autor en la redacción y deja todos los datos dentro del paréntesis se llama cita parentética.


Pero no avancemos todavía: ¿notaste qué más hice en esa versión de la misma cita? Hice dos cambios: el primero es que elegí comenzar la cita en otro punto de la oración original y escribirla con minúscula, para articularla mejor con mi discurso. Estos cambios los puedo hacer sin tener que explicarle al lector que los hice, porque se entiende que toda cita es un recorte de un texto más amplio. No aconsejo que uses puntos suspensivos ni al principio ni al final de una cita, aunque sea de una parte de una oración, porque la comilla es el signo de recorte y se sobreentiende que puede haber algo antes o después. Sí podés usar puntos suspensivos en el medio de una cita, si decidiste quitar alguna parte en el medio de la frase citada.


El segundo cambio fue incorporar un paréntesis recto con la palabra "se", porque la necesitaba para que la oración que conformé —al juntar lo que yo dije y lo que dice la cita— funcionara bien sintácticamente. La cita le hablaba al lector y justo esa parte de mi texto estaba en tercera persona, por lo que con ese simple ajuste quedó adaptada a mi redacción. El paréntesis recto se usa, entonces, para indicarle a quien me lee que esa es una intervención mía en una cita de otra persona. En este caso es una palabra que sirve de nexo, pero puede ser una breve explicación para enmarcar la cita en un tema concreto o para dar información adicional necesaria.


Ahora sí, continuemos. Si en lugar de una frase tan cortita yo quisiera copiar de forma textual una porción de texto más grande —específicamente de 40 palabras o más—, el manual establece que debo darles un formato especial dentro de mi texto. Te voy a mostrar cómo, citando precisamente la parte del manual que habla de las citas directas extensas o en bloque, como les decimos en la interna:


Si una cita contiene 40 palabras o más, trátela como una cita en bloque. No use comillas para delimitar una cita en bloque. Comience una cita en bloque en una nueva línea y defina una sangría de 0.5 pulgadas[3] desde el margen izquierdo en todo el bloque.… Puede (a) citar la fuente entre paréntesis después de la puntuación final de la cita o (b) citar el autor y el año en la narración antes de la cita y colocar sólo el número de página entre paréntesis después de la puntuación final de la cita. (APA, 2021, pp. 277-278)


Como verás, entonces, se trata de extraer una porción extensa de texto e insertarla en mi redacción con un formato especial que la distinga del resto —que es mi creación original—. Al usar este elemento de distinción gráfica en la hoja, en el que la cita parece un bloque recortado de otro lugar y pegado aquí, no voy a usar comillas, pero sí tengo que incorporar el paréntesis con los datos de referenciación, tal como señala el propio texto que cité.


En este ejemplo, además, aproveché a mostrarte que ya empecé a usar la sigla dentro del paréntesis,[4] y además te ejemplifiqué el uso de los puntos suspensivos en el medio de una cita textual —saqué una parte de ese párrafo original que no me interesaba incluir aquí—. Por último, usé este ejemplo para mostrarte que si la frase citada queda entre dos páginas del libro, se pone la abreviatura en plural “pp.” y el intervalo de páginas.


Hasta acá ya estás casi en condiciones para usar mis normas en citas textuales. Sin embargo, muchas veces no usamos de forma textual una fuente, pero sí tomamos de ella un dato o información que luego expresamos con nuestras propias palabras —la famosa paráfrasis o cita indirecta—. Analicemos esto en profundidad.


Paráfrasis (y más tips para citas parentéticas)


Usamos la paráfrasis cuando que no es tan importante cómo expresaron un dato o definición los autores originales, sino lo que aportan en lo conceptual. La paráfrasis sirve también para sintetizar algo que un autor dijo en demasiadas palabras y yo puedo transmitir de forma más concisa, o para que en mi texto no aparezca un vocabulario muy disonante con el mío —incluso para evitar algún error ortográfico o de tipeo que pueda tener la fuente original—. Parafrasear me permite adaptar la información a la extensión de mi trabajo, a mis objetivos, pero también a mi tono y lenguaje.


Veamos un ejemplo de paráfrasis. Hace un tiempo leí en El Orden Mundial una nota sobre la publicación académica y los movimientos que buscan que el acceso al conocimiento sea libre. Como a continuación te voy a contar algo que leí en esa nota, deberé poner en ese párrafo otro paréntesis para indicar cuál de las fuentes citadas en la lista del final es la que corresponde a este dato.


Así, te puedo contar con mis palabras lo que leí allí: que hay cinco grandes empresas dedicadas al sector editorial académico que concentran más de la mitad de las revistas científicas y que cobran por el acceso a sus contenidos (Salamanca, 2023, párrs. 13-14). Aunque no esté usando las palabras textuales que se usaron la nota, es un dato que yo no inventé ni investigué por mi cuenta, sino que lo encontré en ese reportaje y me corresponde darle crédito a su autor.


Como verás, en el paréntesis utilicé el apellido del autor, pues la noticia estaba firmada por Alejandro Salamanca,[5] el año —aunque en la lista verás que identifiqué la nota también con el día y mes de publicación— y los párrafos de donde obtuve esa información —porque saqué la noticia de la web y no tiene número de página—. Probá ir a la lista de referencias a encontrar la fuente. Te espero.


Fue fácil, ¿no? Bueno, tené en cuenta que este texto no tiene muchas referencias, pero imaginate una tesis en la que citás decenas y decenas de documentos. Se hace necesario ser muy cuidadoso con la composición de los paréntesis y de las referencias, para que la correlación entre ambos elementos sea eficaz, es decir, útil para quien lee.


Otra cosa importante es que hasta acá he usado solamente dos fuentes de información, aunque una de ellas la usé varias veces. Aunque la use mil veces a lo largo de mi texto, en la lista de referencias cada fuente aparecerá solo una vez. Es aquí donde pondré tantos paréntesis como veces me haya referido a la fuente en cuestión.


Más tipos de fuentes (y más tips)


No quiero despedirme de esta parte sobre las citas sin mostrarte cómo referirnos a un artículo científico o paper, ya que en la escritura académica es el tipo de fuente que más abunda. Además, es común que los artículos de revistas científicas los escriban varios autores, y hasta ahora solo hemos visto cómo citar un libro de un autor institucional y una nota periodística de un solo autor.


Ya que estamos hablando sobre escritura académica, voy a recomendarte un trabajo que escribieron Chanamé Chira et al. (2021) sobre las limitaciones que enfrentan los estudiantes universitarios a la hora de escribir sus trabajos. ¿Qué es “et al.”? Es una expresión en latín que se usa para cuando los trabajos tienen tres o más autores,[6] para no recargar el texto con la mención a muchos apellidos. Esa expresión significa “y otros”, así que si lo usás en una cita narrativa, como la que hice acá, vas a tener que considerarlo un plural —como viste, puse “escribieron”— y lleva punto en “al” porque esa parte contiene una abreviatura.


Viste que, apenas mencioné a los autores, incorporé el paréntesis con el año de la fuente. ¿Ya fuiste a las referencias? Sí, allí voy a escribir los apellidos e iniciales de los nombres de todos los autores —¡hasta 21 autores se pueden escribir en las referencias!—. Luego pondré el año entre paréntesis, y a continuación el título del artículo y los demás datos que mi manual indica para escribir la referencia de un artículo científico. Creo que llegó el momento de hablar de las referencias.


Lista de referencias: elementos básicos, redacción y formato


Si vas de nuevo a la lista de referencias y observás las tres juntas, te llamará la atención que son todas diferentes entre sí. Si bien mantienen una estructura de elementos general, que te detallo más adelante, son distintos los elementos que se ponen en cada una y cómo se escriben o marcan —con o sin cursiva, por ejemplo—. Esto es porque mis normas establecen una forma de redacción diferente para cada tipo de fuente de información: libro, capítulo de un libro —cuando cada capítulo tiene un autor distinto—, artículo científico, noticia periodística, video de YouTube, y así con todas las fuentes que te imagines que se pueden consultar para un trabajo. Por eso mi manual es tan extenso, porque trata de proveer ejemplos para cada tipo posible de fuente que se utilice. Así, podés “copiar” el formato de mis ejemplos y sustituir cada elemento por el correspondiente a la fuente que querés citar.


En este paso de elaboración de las referencias te podés ayudar con gestores,[7] consultar en Google Académico[8] o usar un generador de citas de la web.[9] Pero es importante que entiendas al menos qué información contiene una referencia y el orden en que esta se presenta, para no cometer errores ni confiar excesivamente en las máquinas —que son tan eficaces como el humano que las hace funcionar—. Una referencia “completa” —es decir, una fuente a la que no le falte ningún elemento básico— tendrá estos componentes y siempre en este orden:


Quién. (Cuándo). Qué. Dónde.


El quién, como ya viste en los ejemplos, corresponde al autor —sea una persona, varias o una institución—. El cuándo, lógicamente, corresponde a la fecha y siempre va entre paréntesis y en segunda posición. ¿Por qué digo siempre? Porque si yo estuviera trabajando con una fuente que no tiene fecha —un texto en una web en la que no hay registro de cuándo se publicó— igual voy a tener que poner ese paréntesis en segundo lugar y usar la abreviatura “sin fecha”, así: (s.f.).[10] El qué refiere al título del documento consultado y, finalmente, el dónde refiere a los datos necesarios para acceder a esa fuente.


El dónde es el elemento que más varía en su composición: como vimos en el ejemplo del manual de la APA, el dónde es la editorial. En la nota periodística, es el nombre del medio de comunicación en cursivas y el enlace de la web. En el artículo científico, es el nombre de la revista científica en cursivas, el volumen y número de edición de la revista —el volumen en cursivas y el número encerrado entre paréntesis y sin cursivas—, el intervalo de páginas que ocupa el artículo dentro de la publicación y, si es una revista digital, un enlace a la web. En las revistas científicas el enlace puede ser el URL (el famoso http://www...) o un enlace que se denomina DOI, que es un identificador propio de este tipo de documento y que se prefiere por sobre el URL porque es inalterable. Si vas al ejemplo que cité en este trabajo, se presenta el DOI, que también se escribe como un enlace.


La elaboración de referencias es el punto donde será realmente crucial consultar mi manual para ver qué elementos incluir y cómo deben escribirse. También podés consultar fuentes alternativas a mis normas, como guías elaboradas por centros de estudio —te dejo la de la Universidad Católica del Uruguay, en la que trabajó quien me escribe— o webs como https://normas-apa.org/.


Referencias a las que le faltan elementos básicos


Ya vimos que si una fuente no tiene fecha, el cuándo queda en el mismo lugar y solamente se escribe “(s.f.)”. Pero, ¿cómo resuelvo el trabajo con una fuente que no tiene autor? No, no dejo ese espacio vacío —porque la fecha siempre tiene que ir en segundo lugar— ni tampoco escribo “Sin Autor”, ni “Anónimo” ni pongo una raya, ni ningún invento.


Cuando no hay un autor, lo que hago es pedirle al qué que se pase al primer puesto, y el resto queda en su mismo lugar. Esto es muy común en noticias de periódicos que no son firmadas por un periodista, sino por el medio o la “redacción”. Mi manual no considera al medio un quién, porque el medio ya tiene su lugar adjudicado: es parte del dónde. Entonces, una noticia sin firma se compondría así:


Título de la noticia sin comillas ni cursiva. (año, día y mes). Nombre del medio en cursiva. http://www...


Me imagino que te estarás preguntando: ¿Cómo armo un paréntesis para mi texto con este tipo de fuentes? Pues lo que harás será un recorte del título —siempre tratamos de no construir paréntesis muy extensos— y lo pondrás como primer elemento entre comillas, así: (“Título de la noticia”, año).[11]


Si una fuente no tiene título, en el mismo lugar donde lo escribirías si lo tuviera, redactarás entre paréntesis rectos una descripción del elemento. Por ejemplo:


Quién. (Cuándo). [Descripción lo más breve posible del documento]. Dónde.


¿Y si una fuente no tiene un dónde? Pues entonces no es una fuente válida para incluir en la lista de referencias. Esto puede pasarte si estás escribiendo un trabajo para el que usaste material que elaboró un profesor para el curso —y que no está disponible públicamente en una web— o para el que entrevistaste a algún experto personalmente —de forma presencial, por videollamada o por mail—. Estos casos se identifican solamente en tu redacción como “comunicaciones personales” y no se incluyen en las referencias, pues porque no son materiales de acceso público. La forma es incluir en el texto un paréntesis que identifique al autor, escribir las palabras "comunicación personal", y el año o la fecha en la que obtuviste la información, así: (A. Fulano, comunicación personal, octubre de 2023).


Últimos consejos y te juro que me despido


Bueno, estamos llegando al final de este texto y sí, seguro te van a faltar mil ejemplos y detalles de cómo citar diferentes fuentes y sus miles de particularidades. Quereme como soy. De todos modos, creo que al leer esto podrás entender el mecanismo de mis normas y cómo hacer la correlación entre lo que referís en tus trabajos y la lista de fuentes final.


¿Querés consejos para principiantes? Te los doy antes de decir adiós.


1. Empezá por la lista de referencias: juntá los materiales que esté claro que vas a usar en tu redacción —sabemos que después incorporamos cosas o sacamos alguna, pero al menos la primera base de fuentes a utilizar— y dedicale tiempo a organizar muy bien cada una de las referencias, con todos sus elementos bien ubicados y redactados.


2. ¿Te fijaste en las referencias de este texto que el primer renglón de cada entrada está alineado con el resto del texto, pero los siguientes renglones tienen una sangría? Eso se llama “sangría francesa” y se usa en la lista de referencias para que sea más fácil identificar visualmente cada fuente, ya que el primer elemento es lo que iremos a buscar cuando nos topemos con un paréntesis de cita al leer. Es un detalle, pero facilita mucho la lectura.[12]


3. Cuando hayas terminado la lista de referencias, ordenala alfabéticamente. Imaginate un trabajo con 50 fuentes listadas y que tu lector quiera ubicar con rapidez una de ellas: lo hará por la primera letra del primer elemento del paréntesis, por lo que el orden alfabético es imprescindible.


4. Si es un trabajo con pocas referencias, antes de ponerte a escribirlo, elaborá en una hoja aparte cómo serían los paréntesis de cita para cada una de esas fuentes. Podés escribir los dos formatos posibles: de cita parentética y de cita narrativa. Así ya los tenés prontos para ir insertando en el texto a medida que los necesites.


5. Cuando escribimos a veces incorporamos nuevas fuentes una vez que avanzamos en la redacción —en esos casos, creá la nueva referencia, ubicala alfabéticamente donde corresponda, elaborá aparte el paréntesis con el que la citarías en el texto, etc.—. Otras veces, eliminamos alguna de las que teníamos previsto usar originalmente, o bien leímos muchas más fuentes de las que efectivamente terminamos usando en nuestro trabajo. Es importante borrar de la lista de referencias cualquier fuente que no hayas utilizado. No importa que la hayas leído: las referencias no son un: “mirá, mamá, todo lo que leí para desarrollar un tema”. Son un sistema de referencias que a lo largo del texto va dejando claves —los paréntesis— para hallar sus correspondientes fuentes —el listado—. Si dejo una fuente que no tiene su paréntesis en el texto, quien me lee no tiene forma de interpretar si fue una omisión, un error o qué pasó ahí. Una forma fácil de chequear esto es ir a la lista de referencias y usar el comando “buscar” del procesador de texto en el primer elemento de cada una de las entradas, para corroborar que aparezca al menos alguna vez mencionada en el texto.


6. Recordá siempre tener a mano el manual, una guía o una web de confianza, para ver todas las variantes de referencias y demás particularidades de la escritura académica.


No te abrumes. Lo importante es que entiendas el mecanismo de paréntesis en el texto→ lista de referencias. En definitiva, lo que estás haciendo al escribir un texto en APA es indicarle a quien te lee de dónde obtuviste cada concepto o información que tomaste prestado de otros autores, a medida que los vas usando.[13]


Siguiendo estos consejos, evitarás cometer plagio y cumplir con el mandato académico de atribuir el crédito a quien lo merece, pero sobre todo ayudarás a quien lea tu texto a entender cómo y a partir de qué información lo construiste y dónde puede encontrarla si le interesa chequear tus afirmaciones o profundizar más en tu tema. ¡Te deseo muchos éxitos conmigo!


Referencias

American Psychological Association. (2021). Manual de publicaciones de la American Psychological Association (4ª ed.) El Manual Moderno.

Chanamé Chira, R., Valle Castillo, S. M., & López Regalado, O. (2021). Limitaciones en la escritura académica en los estudiantes universitarios: revisión sistemática. PAIAN, 12(1), 17–31. https://doi.org/10.26495/rcp.v12i1.1657

Salamanca, A. (2023, 26 de marzo). La geopolítica de los papers: conocimiento libre contra la millonaria industria de las revistas académicas. El Orden Mundial. https://elordenmundial.com/sci-hub-revistas-academicas-lucha-guerrillera-industria- millonaria/


Notas

[1] Sí, cuando pasan algunos años me actualizan y cambian algunas reglas con el objetivo de hacerme más simple (o eso dicen mis creadores). Pero, si entendés mi mecanismo, no te va a resultar difícil adaptarme a las nuevas normativas. Teneme paciencia.

[2] En este texto usé el manual de APA 7 en español, que es la cuarta edición en este idioma.

[3] Está bien usar un tabulador por defecto en todo el margen izquierdo (1,15 cm).

[4] En la lista de referencias del final no se pone la sigla, este uso es solo para hacer más eficaz el texto.

[5] Más adelante te cuento qué pasa cuando la nota está firmada por el medio de comunicación y no por una persona.

[6] Si una fuente tiene dos autores se escriben los apellidos de ambos unidos por el símbolo &, por ejemplo: (Fulano & Mengano, 2023).

[7] El que está integrado a Word aún no tiene mi séptima versión; otro conocido es Mendeley.

[8] Si vas a ‹https://scholar.google.es/schhp?hl=es› y encontrás allí tu fuente, en el resultado hay un ícono de comillas en el que muestra cómo citar.

[10] Cuando en mi texto arme un paréntesis para referir a una fuente sin fecha, escribiré: (Autor, s.f.).

[11] No incluí este elemento en la lista de referencias porque no quería confundirte antes de que llegaras a este punto.

[12] Esa sangría está dentro del menú Párrafo o Formato del procesador de textos, generalmente en la categoría de sangrías especiales.

[13] Otros sistemas de citas usan las notas al pie o al final para esto, pero como habrás visto en este ejemplo, yo solo las uso para aclararte cosas o ampliar información. Considero que, como sistema, hago tu lectura más eficiente si no te hago bajar la vista al pie de página o ir al final cada vez que tengo que citar a alguien —hasta que no venís acá no sabés si la nota era para eso o para darte más información útil—. Cualquier lector puede “saltearse” los paréntesis en una lectura rápida del trabajo, o prestarles atención cuando realmente le interese identificar la fuente a la que se atribuye la información.




Cómo citar este material (en APA 7):

Nogueiras, I. (2023). Cómo usar las normas APA (y no morir en el intento). Portfolio. Página personal de Inés Nogueiras. https://nesines.wixsite.com/misitio/post/c%C3%B3mo-usar-las-normas-apa-y-no-morir-en-el-intento

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